La idea de este libro comenzó a gestarse en Grecia, en 2010, en una visita a una pareja amiga, Minos y Konstantina y su peque, Aris. Todos los días nos enzarzábamos en interesantes debates sobre crianza y sobre como remueve la llegada de un hijo, sobre las continuas decisiones que hay que tomar y las responsabilidades a asumir. Minos, desde su fresca sintonización con lo creativo y su "chip diseñador" vio un libro de todo lo que hablábamos. "¿Por qué no lo escribes?" me dijo, Incluso me dió ideas para empezar. A mí me sonó imposible y la sola idea me producía una pereza terrible, estaba muy cansada y metida en la espiral de madre-trabajadora (fuera de casa).
Por aquel entonces ya había inaugurado mi bitácora digital, mi blog " Los ojitos que brillan", que buscaba ser un registro de mis experiencias y pensamientos para compartir con otras familias o con mi hija en el futuro. Y empecé a escribir, sin más, en clave de escritura propioceptiva, más desde la emoción que desde el intelecto (estaba en plena elaboración de mi biografía humana, con el equipo de Laura Gutman) e inspirada por todas la colaboraciones que están en el libro, de esos hombre y mujeres maravillosos, que nunca se cansan de investigar qué es lo que nos hace más plenos a los seres humanos desde que nacemos, inspirada también en el enfoque y en el tono del libro "Cuerpo de Mujer, sabiduría de mujer" de Christiane Northrup.
Luego había que darle forma y así empezaron las lecturas, las relecturas, amigas que me daban su opinión, lápiz en mano corrigiendo y anotando. Más tarde llegaron las muchas editoriales, el Registro de la Propiedad Intelectual, hasta que llegué a Juan Romero, de Litera Libros, lo leyó con todo su cariño, pero no pudo ser. El libro está ilustrado por Carlos Piqueras y Charo del Cura dos amigos artistas que me han regalado su arte, a partir de ahí comenzó la idea de la autoedición, para que luego DILEMA se interesara por él!
Si hay algo que no me gustaría es que "Creciendo con mi hija" se convirtiera en un manual con "tips" sobre crianza, nada más lejos de mi intención. Una se puede poner mil trajes en esta sociedad neurótica, pero hay dos cosas a las que nunca podremos engañar sobre quienes somos nosotras mismas con nuestros desamparos: a nuestro cuerpo y a nuestros hijos.
Si te han entrado ganas de tenerlo puedes hacerte con uno en los enlaces de la página anterior.
Muchas gracias por estar ahí.